Llega el verano y con él las ensaladas. Me declaro fan completa de las ensaladas: de pasta, de frutos secos, de arroz, de frutas… ¡todas! Y con estos calores instalados entre nosotros, no hay nada mejor para comer o cenar.
Eso sí, sólo de verde no se vive; tenemos que aumentar el valor nutritivo de la ensalada sin apenas sumarle calorías y además potenciar su sabor. Les pongo cuatro ejemplos de alimentos enriquecedores:
* Lácteos, tanto en quesos como en salsas de yogur son una excelente opción, son perfectas para ensaladas verdes o ensaladas de col. Tienen gran cantidad de calcio, lo que es especialmente recomendable especialmente para nosotras.
* Frutos secos : nueces, almendras, avellanas, pasas, pipas peladas, anacardos… todas tienen cabida, le dan un gusto muy diferente y además tienen un gran contenido en ácidos grasos esenciales y antioxidantes así como en vitaminas.
* Conservas de pescados: sardinas, atún, berberechos, mejillones… todas en aceite de oliva, por supuesto. Le dan un toque de verano a tu ensalada y además aumentan la cantidad de proteínas así como de ácidos grasos insaturados.
* Frutas: perfectas para los días más calurosos y las casas donde hay niños, a los que a veces resulta difícil hacerles comer la ensalada o la fruta, una mezcla de ensalada y macedonia suele funcionar. Melocotón en almíbar, piña, bolitas de melón, kiwi, sandía, manzana…
Y tú, ¿cuál es tu alimento estrella para las ensaladas?
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